A la hora de amueblar una vivienda siempre es buena costumbre contar con la opinión y el consejo de expertos: profesionales que han hecho del interiorismo su vocación, que se actualizan constantemente con las modas y tendencias y que son capaces de dar rostro a los deseos de cada uno. clientes interpretándolos carácter y necesidades. Sin embargo, este camino a menudo no es factible (tal vez porque ya se ha completado una renovación importante o porque solo desea insertar algunos muebles nuevos dentro de la casa). En este caso, los cinco puntos a continuación pueden venir en su ayuda: consejos útiles para no comprometer la armonía del hogar y lograr que cada rincón se comunique mejor con el vecino.
La primera sugerencia que os doy es partir de un elemento al que no queráis renunciar como un sofá en concreto, una mesa hecha a mano, un papel pintado de colores. Una vez que haya identificado el «corazón» de una habitación, comience a «dibujar» los espacios a su alrededor. Elige una paleta de dos o tres colores que se puedan combinar con elegancia y… espacio para la imaginación. Importante: además de los colores, el estilo también debe estar bien definido; evite combinar una librería shabby chic con una lámpara industrial: ¡los muebles, de hecho, requieren consistencia de formas, caracteres y contenidos!
El segundo consejo que me gustaría darte es que definas cuidadosamente los colores de tu hogar y de las habitaciones individuales. Hay rincones donde puedes jugar con colores más vivos y habitaciones (como el dormitorio) que necesitan un ambiente más relajado. La paleta de la casa puede ser diferente de una zona a otra pero sin exagerar: pensar en la propiedad como un todo te ayudará a volver, cada día, a un hogar acogedor, armonioso y hospitalario. Elija colores desaturados, muy de moda hoy en día, si desea darle a su interior un ambiente juvenil, elegante y al mismo tiempo con carácter; opta por colores neutros como el gris, el gris tórtola, el beige o el blanco si quieres adoptar un estilo moderno, minimalista o contemporáneo; busque matices más decisivos como el verde azulado, el verde o el papel de azúcar para una casa con variaciones naturales; apuesta por el fucsia, el amarillo o el verde para un apartamento de estilo pop o intenta combinar matices contrastantes (como rosa y antracita, menta y marrón) para una propiedad con un carácter atrevido.
Pasemos al consejo número tres, un aspecto que se pasa por alto con demasiada frecuencia: la iluminación. La luz es esencial para cualquier ambiente: en mi opinión, es el verdadero alma de una habitación. Por eso, no sólo es importante decidir bien dónde colocar los distintos muebles para que la luz natural los «ilumine» sin ser intrusivos (si sabemos, por ejemplo, que el sol pega con fuerza en una pared durante varias horas al día). día, evitaremos colocar la televisión allí) sino también elegir sabiamente qué lámparas colocar y dónde colocarlas. De hecho, una sola fuente de luz no es suficiente para iluminar un ambiente: abandone la idea de la suspensión central y en su lugar evalúe diferentes opciones que puedan funcionar juntas o de forma independiente. Por ejemplo, dentro del espacio abierto, ¿por qué no insertar suspensiones rebajadas en la mesa del comedor, velos integrados en el falso techo para la zona de relajación, lámpara de pie colocada cerca del sofá, lámpara de mesa junto al sillón para facilitar la lectura y apliques en la cocina? ? O de nuevo, en el dormitorio, ¿por qué no considerar en lugar de las pantallas clásicas unas suspensiones de luz suave que caen sobre las mesitas de noche y un falso techo equipado con focos para iluminar la habitación (y quizás el vestidor?).
En cuanto al cuarto consejo, pasemos a las dimensiones. De hecho, a menudo sucede que las proporciones de los muebles y la decoración son incorrectas, con la consiguiente pérdida de armonía en la habitación. En una habitación pequeña, por ejemplo, no se puede poner una mesa para ocho ocupando todo el espacio disponible solo porque “puede ser útil”. En cambio, es mucho más inteligente encontrar trucos (como abrir sofás cama, mesas modulares, consolas extensibles) para lograr que el espacio permanezca aireado y, si es necesario, el mobiliario pueda responder a cada necesidad. Lo mismo ocurre con el dormitorio: evita los armarios más grandes de los que puede contener la habitación solo porque no sabes dónde guardar la ropa y los accesorios. En su lugar, opta por la construcción de altillos, la inserción de armarios empotrados en el pasillo o en la entrada y zapateros a medida de altura completa para no perder ni un centímetro útil. Recuerda: las alturas son tus amigas, ¡aprovéchalas al máximo!
Finalmente, mi quinto y último consejo es sobre cortinas y decoraciones. ¡Cada ambiente, de hecho, necesita poder modular la luz natural que penetra en el interior desde las ventanas y, al mismo tiempo, merece objetos decorativos para un toque de singularidad! Empecemos por las cortinas: elige aquellas que sepan casar, tanto en color como en tejido, con el estilo de la casa. Dar preferencia a los colores claros en casas pequeñas o junto al mar; jugar con colores y estampados en hogares con alma moderna; elija una tela pesada si la cortina también debe actuar como un «apagón» (como puede suceder en una terraza que da a un dormitorio). Baje las cortinas hasta el suelo y recuerde prestar atención a la barra que las sostiene: ¡también debe hacer juego con la habitación! En cuanto a los objetos decorativos, déjate guiar por el estilo elegido para tu hogar: elementos pop en una casa artística, cuadros en blanco y negro en un apartamento minimalista, objetos vintage en un loft con carácter retro y mobiliario provenzal en un shabby chic. habitación. No te excedas con los objetos: ¡siempre deja algo de espacio para integrar nuevos elementos que poco a poco, con el tiempo, contarán la historia de tu hogar!