14 julio 2017 Reformas de viviendas
Para calefacción por suelo radiante, también denominado sistema de paneles radiantes, nos referimos a un tipo de calefacción que utiliza una serie de tuberías o resistencias eléctricas colocadas bajo el suelo. Las tuberías o resistencias eléctricas irradian calor hacia el ambiente en el que están instaladas, con un movimiento uniforme comenzando desde abajo y avanzando hacia arriba.
El sistema que subyace a la calefacción por suelo radiante puede ser eléctrico o de agua y la diferencia depende de las herramientas que se utilicen. En el caso de un sistema de calefacción por tubería, el sistema será a base de agua. En el caso, por el contrario, de una calefacción que utilice resistencias eléctricas, el sistema será eléctrico.
Calentamiento de agua y calefacción eléctrica
El suelo radiante con agua sin duda es el más utilizado entre los sistemas radiantes. Es un sistema formado por tuberías por las que pasa el agua, calentada bien por una caldera tradicional o bien por una bomba de calor o bien por paneles solares y fotovoltaicos.
El suelo radiante eléctrico es un sistema que tiene un conductor por donde pasa la corriente eléctrica. A menudo utiliza un sistema fotovoltaico para generar la energía necesaria.
En ambos casos, sin embargo, se utilizan temperaturas bajas. En el caso del agua, la temperatura no supera los 35 grados, mientras que en el caso del sistema eléctrico los conductores funcionan con una temperatura que no supera, también en este caso, los 35 grados.
El objetivo de la calefacción por suelo radiante es distribuir el calor de manera uniforme en toda la habitación en la que se instala. El calor se propaga a través de un sistema de irradiación, es decir, de un cuerpo más caliente a un cuerpo más frío.
Ventajas y desventajas
El ventaja ciertamente es barato. La calefacción por suelo radiante ahorra considerablemente en el consumo. Además, el impacto sobre el medio ambiente también se reduce considerablemente. Otra ventaja es que el sistema también se puede utilizar en verano, simplemente dotándolo de agua fría y no más de agua caliente.
Otra ventaja es la posibilidad de aprovechar energías renovables, lo que es imposible para los radiadores que tienen que llevar el agua hasta los 70 grados.
Sin embargo, por lo que se refiere a la desventajas, ciertamente existe el costo en que se incurre durante la fase de instalación, que es decididamente más alto que el costo en que se incurre en el caso de los radiadores. Además, el sistema requiere que el suelo se levante al menos 5 cm (que no siempre se puede aplicar) y no se puede encender y apagar a voluntad, sino que se necesita un día completo para alcanzar el nivel de calefacción deseado.
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